Acerca de los globos de agua

2 comentarios

Simplemente le dije que no podía volver a verla -la verdad ya tenía poco interés en ella-, desde hace cerca de tres años la visitaba una vez al mes, tomábamos café, teníamos sexo, reíamos un poco y después un adiós que estés bien.
No creí que se lo tomaría tan mal, no era nada del otro mundo, ni siquiera teníamos un excelente sexo, sólo era una manera de romper la rutina con mi esposa, como esas analogías de salir por una hamburguesa a causa de comer siempre filete en casa, usted me entiende en televisión hablan de eso todo el tiempo, que tal artista le fue infiel a su esposa super modelo, que lo atraparon en un putero y esas cosas. El caso es que se alteró demasiado, comenzó a gritar a decirme que no valía nada, que era un poco hombre y una mierda. Yo la entendí hasta cierto punto, quizás era su única pareja sexual por el momento, y ya sabe: la mujeres son así. Lo que hice fue darme la vuelta, estábamos en su departamento, me di la vuelta y me salí, pero ella no quiso terminar el asunto de esa manera, me siguió algunas cuadras gritando que era un maricón y que no merecía a una verdadera mujer como ella. eso si no lo aguante, no admití que diera ese espectáculo frente a tanta gente, estábamos casi en pleno centro de esta pequeña ciudad llena de chismosos y donde todo mundo se conoce. Así que la tome fuertemente del brazo y regresamos a su departamento sin decir nada.
Me senté en la sala y le empecé a explicar que yo estaba casado -lo cual ella sabía- y que no podía tener algo más con ella, que estaba esperando un hijo y debía dedicarme de lleno a mi futura familia (lo máximo en cursilería pero tontamente pensé que funcionaría). Ella, por un leve e ínfimo momento pareció calmarse, hizo un movimiento como tratando de desarrugar su pantalón, se acomodó un poco el cabello y se recargo en el descansa brazos del sofá, tomo aire, intento iniciar una oración en varias ocasiones, hasta que finalmente me dijo que no lo tomaría con calma, que me fuera de su casa y que nunca volviera a llamarla.
Al mirarla sentada en el sofá pensé que podríamos, usted sabe, tener sexo por última vez, decirle que la llamaría pronto y simplemente no volver a verla. Me fumé un cigarro; me acerque a ella y la sujete de manera violenta, la comencé a besar y la lleve a la recámara. cuando desperté estaba todo oscuro, prendí la luz y vi que no estaba, en realidad no me importó, me vestí y me di cuenta que faltaban las llaves de mi carro, mi celular y mi billetera, la puerta de la casa esta cerrada y el teléfono de la casa había sido cortado. lo tomé con mucha calma, prendí un cigarro, busqué por el departamento un martillo y cuando ustedes llegaron estaba a punto de abrir la última cerradura, ya ve como son los edificios de departamentos: tienen muchos seguros y llaves.
Y bueno, ya sabe el resto de la historia, un extraño en un departamento que no es el suyo, sin identificación y tirando la puerta... ¿puedo fumar adentro de la patrulla?
Tiene razón, lo sé, mi mujer no lo va a tomar muy bien.
Copyright © Molino de viento - Blogger Theme by BloggerThemes